En 1956 se habló, por primera vez, de la IA como disciplina, pero no ha sido hasta el siglo XXI cuando ha llegado para quedarse entre todos nosotros. Tales han sido sus beneficios que muchos sectores han querido sumarse a esta iniciativa, incluido el sector legal. Cada vez es más común encontrar la Inteligencia Artificial en los despachos de abogados.

Las firmas legales más conocidas ya utilizan técnicas como Big Data para mejorar su rendimiento y ofrecer un mejor servicio, pero los bufetes de abogados más pequeños también están encontrando con estas herramientas una nueva manera de trabajar mucho más sencilla y eficaz.

La Inteligencia Artificial en los despachos ahorra tiempo a sus empleados haciendo que su actividad sea más productiva, siendo utilizada, por ejemplo, para automatizar procesos en los que haya que interpretar datos o reconocer patrones. Este mecanismo permite obtener grandes beneficios con la ayuda, únicamente, de un ordenador. Gracias a proyectos de este tipo se consiguen eliminar los trabajos repetitivos, se alcanza una comodidad superior y, sobre todo, se gana tiempo para emplearlo en otras tareas más arduas.

Algunas de las actividades que pueden ser relegadas a la Inteligencia Artificial en los despachos son las siguientes:

  • Creación de alertas: se pueden crear avisos a través información ya publicada y a la que se puede acceder en internet a través de un buscador, como puede ser Google. El abogado puede utilizar estas alertas para estar enterado de los cambios en una ley, un recurso o una norma. Esta comunicación, instantánea, puede conseguir que nuestro despacho sea de los primeros en estar informado y poder así tomar una decisión con la mayor celeridad posible. No se trata solamente de estas alertas, sino también las utilizadas para avisar de que el deadline de un procedimiento está próximo.
  • Revisión de documentos y contratos: para un abogado, una tarea imprescindible es la revisión documental, y la IA puede ayudar a que esto se realice de forma más amena sin que consuma una gran cantidad de tiempo. A través de logaritmos, la máquina puede ser quien decida si falta algún dato importante en cualquiera de los documentos o si hay un dato erróneo.
  • Investigación: de manera más rápida, el ordenador nos puede proporcionar información relevante para un caso en concreto gracias a la investigación legal que la máquina puede hacer en un periodo corto de tiempo.
  • Clasificación de documentos: una importante labor, como es la clasificación de documentos, siempre se ha realizado de manera manual llevando consigo un gasto de tiempo valioso para el profesional que se encarga de ello. Sin embargo, a día de hoy, la Inteligencia Artificial se encarga de catalogar los diferentes tipos de documentos dividiéndolos así en contratos, declaraciones o sentencias, entre otros. Además, se puede extraer información que puede ser valiosa en el futuro, como el resultado de si la sentencia se podrá recurrir o no.

Es cierto que el uso de la Inteligencia Artificial en los despachos puede hacer que una firma se diferencie de otra, pero el valor vendrá realmente determinado por el grado de expertise que puedan alcanzar sus profesionales, capaces de entender y valorar los datos ofrecidos por el algoritmo, de proponer soluciones acordes con lo estudiado o de solventar los problemas que, en un determinado momento, puedan aparecer.

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